domingo, 30 de noviembre de 2014

El racimo de uvas

Un día llamaron a la puerta de un convento, y abrió el hermano portero llamado Barragán, este vio con asombro que un hortelano de las tierras de al lado le entregaba un hermoso racimo de uvas tan grande que le causó admiración, diciéndole: “hermano te regalo este racimo de uvas en agradecimiento por la buena atención que me prestas cada vez que vengo al convento”, sin pensarlo dos veces el hermano portero le dio las gracias por tan precioso regalo y le dijo que no tardarían mucho en dar cuenta de él.

Apenas salió el hortelano del convento ya se relamía pensando en que se lo comería el solo y no decir nada a los demás, al fin y al cabo se lo habían regalado para él.

Lo lavó y dejó escurrir en un clavo que había colgado en la pared, mirándolo con alegría por el gran festín que le esperaba.

Pero la viva conciencia del hermano portero le hizo pensar que en el convento había un hermano enfermo que no gustaba de comer nada, debido a su enfermedad.

Este pensó para sí que sería una buena obra alegrarle el día a este enfermo y de paso llenarle el estómago, tan necesitado de alimento.

Sin pensarlo mucho descolgó el racimo de uvas y se fue a la enfermería a regalárselo a tan delicado enfermo. El enfermo al ver el racimo abrió los ojos sobresaltado al ver su gran tamaño, el portero le dijo: “Hermano Matías, me han regalado este racimo para mí, pero pensando en tu enfermedad y sabiendo que no te apetece comer nada, quizás estas uvas te abran el apetito”, el hermano Matías se lo agradeció de corazón que se hubiese acordado de él, diciéndole que si se moría le tendría muy presente cuando estuviera en el Cielo con Nuestro Señor.

El portero le buscó una fuente donde le colocó el racimo para que fuera comiendo cuando gustara. Dejándolo solo, se fue para la portería pensando en la gran obra que había hecho por su hermano Matías.
El enfermo cogió el racimo como pudo e iba a dar buena cuenta de él, pero pensó que si lo dejaba haría una obra de bien y decidió no comerlo y dárselo al hermano enfermero que le atendía con tanta caridad y se desvivía por él por las noches.

Gritó al hermano enfermero pensando este que le sucedía algo por la insistencia en que le llamaba. “Hermano Esteban, el hermano portero me ha traído este racimo para que lo degustara pensando en mi enfermedad, pero pensé que te lo comas tú ya que no me entra nada en el estómago y podría hacerme daño, además te portas tan bien conmigo”. El Hermano Esteban insistía en que intentara comerlo pero cuanto más insistía el enfermero más lo rechazaba el enfermo. Este decidió comérselo en su celda dándole las gracias por tan precioso regalo.

Y mientras caminaba hacia su celda, pensó que mejor se lo daría al hermano cocinero que tan bien se esmeraba para que todos lo frailes comieran lo poco que les llegaba de la huerta y de donativos. Bajó a la cocina y encontrándose con el hermano cocinero Buenaventura le dijo: “mira, lo que me han regalado, pero te lo regalo a ti para que saborees estas uvas tan hermosas, como lo es tu servicial corazón”, el hermano Buenaventura quitándole importancia a lo que decía, le insistió que se lo diera mejor al prior ya que era tan responsable con la comunidad.

Y así fue pasando el racimo de hermano en hermano por todo el convento, hasta que llegó de nuevo a la portería donde el hermano portero, extrañado y perplejo por el suceso decidió que no diera más vueltas el racimo de uvas, y ni tardo ni perezoso se lo comió con tal gusto que le pareció las uvas más sabrosas que jamás hubiera comido.

Todas las cosas buenas que hagas, tarde o temprano volverán a ti.

lunes, 24 de noviembre de 2014

La Lechera

Vendió la lechera su cántaro de leche.

Con el dinero se compró una gallina y unos huevos.

Vendió los pollos que al paso del tiempo reunió y adquirió una ternera.

Con ella formó un hato. Lo vendió para comprarse una casa.

Y cuando tuvo casa no le fue difícil encontrar marido.

Pero el marido le salió mala cabeza.

Por su culpa la lechera tuvo que vender la casa.

Con el dinero compró un hato. Pero no le fue bien, y le quedó una ternera solamente.

Nada le daba el tal animalejo, de modo que lo vendió y se compró unos pollos.

Se le murieron todos, y terminó con una sola gallina que ni siquiera ponía huevos.

-Estás acabada -le dijo alguien.

-No es cierto -respondió la lechera-.

Tengo otro cántaro de leche.

Volveré a empezar.


Alguien dijo alguna vez: "El fracaso es la oportunidad de empezar de nuevo, más inteligentemente".

No te des por vencid@.

Helen Keller escribió que “con frecuencia nos quedamos tanto tiempo mirando la puerta que se nos cierra que no vemos la que se abrió”, estate atent@.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Un momento en el tiempo.

Hoy por la mañana estaba dando algunas vueltas en bici en el parque cerca de mi casa y veía a un señor ya entrado en años que daba tres vueltas por cada una de las mías. De pronto me sorprendo diciéndome a mí mismo: ¿cómo puede éste señor andar a esa velocidad?
Entonces me acorde de una maravillosa mujer afroamericana, tristemente célebre y  de una de sus maravillosas canciones, volteé al cielo y le dije: Cántame Whitny, cántame.
He aquí la inspiradora canción [el arreglo en prosa es de su servidor].
Un momento en el tiempo
Cada día que estoy viviendo quiero que sea un día para dar lo mejor de mí.
Soy únic@ pero no estoy sol@.
Mi mejor día todavía no ha llegado.
He roto mi corazón, he luchado cada juego, para probar la dulzura, he afrontado el dolor.
Me he caído y me he levantado. Y todavía, a pesar de todo, me queda mucho.
Quiero un momento en el tiempo cuando seré más de lo que pensé que podría ser, cuando todos mis sueños estarán a la altura de un latido de corazón y todas las respuestas dependerán de mí.
Dame un momento en el tiempo, cuando estoy compitiendo con el destino, entonces, en ese momento en el tiempo sentiré la eternidad.
He vivido para ser lo mejor. Lo quiero todo, no hay tiempo para menos.
He trazado los planes. Ahora pongo la oportunidad aquí en mis manos.
Serás un(a) ganador(a) para toda la vida si aprovechas ese momento en el tiempo y lo haces brillar.
Dame un momento en el tiempo cuando seré más de lo que pensé que podría ser, cuando todos mis sueños estarán a la altura de un latido de corazón y todas las respuestas dependerán de mí.
Dame un momento en el tiempo, cuando estoy compitiendo con el destino, entonces, en ese momento en el tiempo seré libre.
-          
             - Whitny Houston

miércoles, 5 de noviembre de 2014

El Mago.


Un Mago puede convertir el temor en alegría, la frustración en realización.

Un Mago puede convertir lo temporal en Eterno. Un Mago puede llevarnos más allá de nuestras limitaciones hacia lo ilimitado.

Hay un Mago dentro de cada uno de nosotros. Un Mago que lo ve y lo sabe todo.
El Mago está más allá de los contrarios de luz y oscuridad, bien y mal, placer y dolor. Todo lo que el Mago ve tiene sus raíces en el mundo invisible.

El cuerpo y la mente podrán dormir pero el Mago vela permanentemente.

El Mago posee el secreto de la Inmortalidad.

La Magia sólo podrá retornar con el regreso de la Inocencia. La Esencia del Mago es la Transformación. El Mago observa los ires y venires del mundo pero su Alma habita en el ámbito de la Luz. Los Magos no creen en la muerte. A la Luz de la Conciencia, todo vive. No hay principios ni finales. Para el Mago, éstos no son más que fabricaciones de la mente. Para estar totalmente vivo, es preciso estar muerto para el pasado. Las moléculas se disuelven y desaparecen, pero la Conciencia sobrevive a la muerte de la materia en la cual se aloja.

La Conciencia del Mago es un campo Omnipresente. Las corrientes de conocimiento presentes en el campo son Eternas y fluyen para siempre.
En los momentos de revelación están contenidos siglos de conocimiento. Vivimos como ondas de energía en el vasto océano de Energía. Cuando dejamos de lado el ego, tenemos acceso a la totalidad de la memoria.

Cuando se limpian las puertas de la percepción, comenzamos a ver el mundo invisible, el Mundo del Mago. Hay un manantial de vida dentro de cada uno de nosotros, a donde podemos ir en busca de limpieza y transformación. La purificación consiste en liberarse de las toxinas de la vida: las emociones tóxicas, los pensamientos tóxicos, las relaciones tóxicas. Todos los cuerpos vivos, físicos y sutiles, son manojos de energía que se pueden percibir directamente.

El Poder es una espada de doble filo. El poder del ego busca controlar y dominar.
El Poder del Mago es el Poder del Amor. El asiento del Poder está en el Yo Interior. El ego nos persigue como una sombra oscura. Su poder intoxica y crea adicción, pero en últimas destruye. El choque eterno del poder termina en la Unidad.

El Mago vive en estado de conocimiento. Este Conocimiento dirige su propia satisfacción. El campo de la Conciencia se organiza alrededor de nuestras intenciones. El Conocimiento y la Intención son fuerzas.

Aquello que tenemos intención de hacer modifica el campo a nuestro favor. Las Intenciones comprimidas en Palabras encierran un poder mágico. El Mago no trata de resolver el misterio de la Vida. Está aquí para vivirla.

Todos tenemos un yo-sombra que es parte de nuestra realidad total. El yo-sombra no está aquí para lastimarnos sino para señalar nuestros vados. Cuando acogemos a la sombra, ésta sana. Cuando sana, se convierte en Amor. Cuando aprendamos a vivir con nuestras cualidades opuestas, viviremos nuestro Yo total, al igual que el Mago. La Sabiduría vive y, por lo tanto, siempre es imprevisible. El orden es otra cara del caos, el caos es otra cara del orden. La incertidumbre interior es la puerta hacia la Sabiduría. El aventurero siempre irá acompañado de la inseguridad, pero aunque tropieza, nunca cae. El orden humano está hecho de reglas. El orden del Mago no tiene reglas, fluye con la naturaleza de la vida.
La realidad que experimentamos es el reflejo de nuestras expectativas. Si proyectamos las mismas imágenes todos los días, nuestra realidad será idéntica día tras día. Cuando la atención es perfecta, crea orden y claridad a partir del caos y la confusión.

En la medida en que conocemos en Amor, nos convertimos en Amor. El Amor es más que una emoción. Es una Fuerza de la Naturaleza y por lo tanto, debe contener la Verdad. Al pronunciar la palabra “AMOR” quizás captamos la sensación, pero su Esencia no se puede expresar con palabras. El Amor más puro se encuentra donde menos lo esperamos: en el desapego.

Quienes buscan jamás se extravían porque el Espíritu los llama constantemente.

Quienes buscan reciben pistas del Mundo Espiritual permanentemente. Las personas corrientes dan a estas pistas el nombre de coincidencias. Para el Mago las coincidencias no existen. Cada suceso existe para develar otra capa del Alma. El Espíritu desea encontrarnos. Para aceptar su invitación, debemos estar desprotegidos. Al buscar, comencemos por el Corazón. El Corazón es el Hogar de la Verdad.

Podemos vivir la Inmortalidad en medio de la mortalidad. El Tiempo y la Eternidad no son opuestos. Como la Eternidad lo abarca todo, no tiene contrario. A nivel del ego, luchamos por resolver nuestros problemas. Para el Espíritu esa lucha es el problema. El Mago es consciente de la batalla entre el ego y el Espíritu, pero sabe que los dos son inmortales y no pueden morir. Todos los aspectos de nuestro Yo son Inmortales, hasta las partes a las cuales juzgamos más duramente.

Los Magos jamás condenan el deseo. Fue siguiendo sus deseos como se convirtieron en Magos. Todo deseo nace de un deseo anterior. La cadena del deseo jamás termina. Es la vida misma. No consideres inútil o equivocado ninguno de tus deseos - algún día todos se cumplirán. Los deseos son semillas a la espera de la estación para germinar. De una sola semilla de deseo nacen bosques completos.

Aprecia cada uno de los deseos de tu Corazón, por trivial que parezca. Un día, esos deseos triviales te conducirán hasta Dios.


“El Mayor Bien que puedes hacerle al Mundo es convertirte en Mago…”