lunes, 8 de diciembre de 2014

30 Cosas Que Necesitas Empezar A Hacer Por Ti Mismo

Aquí está, una lista positiva de cosas “a hacer” para este próximo año – 30 cosas para empezar a hacer para Ti mismo:

Aquí van las primeras 15.

1. Comienza a pasar tiempo con las personas adecuadas. – Esta es la gente que disfrutas, que te aman y te aprecian, y que te animan a mejorar de manera sana y emocionante. Ellos son los que te hacen sentir más vivo, y no sólo te aceptan como eres ahora, sino también te apoyan e incorporan a ese quien tu quieres ser, sin condiciones.

2. Comienza a encarar tus problemas de frente. – No son tus problemas los que te definen, sino cómo reaccionamos ante ellos y nos recuperamos de ellos. Los problemas no desaparecerán a menos que tomes acción. Haz lo que puedas, cuando puedas, y reconoce lo que has hecho. Todo es cuestión de tomar pequeños pasos en la dirección correcta, centímetro a centímetro. Estos centímetros cuentan, ya que se suman y se convierten en metros y kilómetros en el largo plazo.

3. Empieza a ser honesto contigo mismo en todo. – Se honesto acerca de lo que es correcto, así como lo que hay que cambiar. Se honesto acerca de lo que quieres lograr y quien deseas llegar a ser. Se honesto con todos los aspectos de tu vida, siempre. Porque eres la única persona con la que siempre puedes contar. Busca en tu alma, por la verdad, para que realmente sepas quien eres Tu. Una vez que lo hagas, tendrás una mejor comprensión de donde estás ahora y cómo has llegado hasta aquí, y así estarás mejor equipado para identificar a dónde quieres ir y cómo llegar allí.

4. Comienza a hacer tu propia felicidad en una prioridad. – Tus necesidades importan. Si no te valoras a ti mismo, te cuidas a ti mismo, y te apoyas a ti mismo, te estás saboteando. Recuerda, es posible hacerse cargo de tus propias necesidades y al mismo tiempo del cuidado de los que te rodean. Y una vez que tus necesidades sean satisfechas, probablemente serás mucho más capaz de ayudar a quienes más te necesitan.

5. Empieza a ser tú mismo, genuinamente y con orgullo. – Tratar de ser alguien más es una pérdida de la persona que eres. Se tú mismo. Abraza a ese individuo dentro de ti que tiene ideas, puntos fuertes y belleza como nadie. Sé la persona que tu mismo sabes que eres – la mejor versión de ti mismo – en tus propios términos. Por encima de todo, se sincero contigo mismo, y si no puedes poner tu corazón en algo, muévete de ahí.

6. Empieza a notar y vivir en el presente. – Ahora mismo es un milagro. Ahora es el único momento garantizado para Ti. Ahora mismo es la vida. Así que deja de pensar en cuán grandes cosas habrán en el futuro. Deja de pensar en lo que sucedió o no sucedió en el pasado. Aprender a estar en el “aquí y ahora” y experimentar la vida que está sucediendo ahora. Apreciar al mundo por la belleza que posee, en estos momentos.

7. Empieza a valorar las lecciones que tus errores te enseñan. – Los errores son aceptables, son las piedras de los peldaños del progreso. Si no estás fallando de vez en cuando, no te estás esforzando lo suficiente y no estás aprendiendo. Toma riesgos, tropieza, cae y levántate y vuelve a intentarlo. Valora que te estás impulsando, aprendiendo, creciendo y mejorando. Los logros significativos son casi invariablemente realizados al final de un largo camino de fracasos. Uno de los “errores” que temes puede ser el enlace a tu logro más grande hasta el momento.

8. Empieza a ser más amable contigo mismo. – Si tuvieras a un amigo que te hablara de la misma manera en que a veces te hablas a tí mismo, ¿cuánto tiempo le permitirías a esa persona ser tu amigo? La forma en que te tratas establece el estándar para los demás. Tienes que amar quien Tu eres o nadie lo hará.

9. Comienza a disfrutar de las cosas que ya tienes. – El problema con muchos de nosotros es que creemos que seremos felices cuando alcanzamos un cierto nivel en la vida – un nivel en el que vemos a otros operando – al jefe con su gran oficina, ese amigo de un amigo que posee una mansión en la playa, etc.  Desafortunadamente, se necesita un tiempo antes de llegar allí, y al llegar allí lo más probable es que un nuevo destino esté en mente. Vas a terminar gastando toda tu vida trabajando para algo nuevo sin detenerte a disfrutar de las cosas que tienes ahora. Así que toma un momento de tranquilidad todos los días en cuanto despiertes para que aprecies dónde estás y lo que ya tienes.

10. Comienza a crear tu propia felicidad. – Si estás esperando a que alguien más te haga feliz, te estás perdiendo. Sonríe porque puedes. Elije la felicidad. Sé el cambio que quieres ver en el mundo. Sé feliz con quien eres ahora, y deja que tu positividad inspire tu viaje hacia el mañana. La felicidad se encuentra a menudo donde y cuando decidas buscarla. Si buscas la felicidad dentro de las posibilidades que tienes, es muy probable que la  encuentres. Pero si constantemente buscas algo más, por desgracia, lo encontrarás también.

11. Empieza a dar a tus ideas y sueños una oportunidad. – En la vida, rara vez se tiene una oportunidad, se trata de tomar una oportunidad. Nunca vas a estar 100% seguro de que funcione, pero siempre puedes estar 100% seguro de que el no hacer nada no va a funcionar. La mayoría de las veces sólo tienes que ir por ello! Y no importa lo que resulte, siempre termina de la manera que debería ser. O tendrás éxito o aprenderás algo. Ganar-Ganar.

12. Empieza a creer que estás listo para el siguiente paso. – Ya estás listo! Piensa en ello. Tienes todo lo que necesitas en este momento para dar el siguiente paso, pequeño pero realista hacia adelante. Así que aprovecha las oportunidades que vienen en camino, y acepta los desafíos – que son regalos que te ayudarán a crecer.

13. Empieza a entrar en nuevas relaciones por las razones correctas. – Entra en nuevas relaciones con personas confiables, honestas que reflejan la persona que eres y la persona que quieres ser. Elije amigos que estarías orgulloso de conocer, gente que admiras, que te muestran amor y respeto – personas que corresponden a tu amabilidad y compromiso. Y presta atención a lo que la gente hace, porque las acciones de una persona son mucho más importantes que sus palabras o cómo otros los presentan.

14. Empieza a dar a las nuevas personas que conoces una oportunidad. – Suena duro, pero no puedes mantener a todos los amigos que has hecho. Las personas y las prioridades cambian. Algunas relaciones se desvanecen y otras crecerán. Aprecia la posibilidad de nuevas relaciones así como naturalmente dejas ir las que ya no funcionan. Confía en tu juicio. Abraza nuevas relaciones, sabiendo que estás entrando en territorio desconocido. Debes estar dispuesto a aprender, a estar listo para un desafío, y estar preparado para conocer a alguien que podría cambiar tu vida para siempre.

15. Empieza a competir contra una versión anterior de Ti mismo. – Déjate inspirar por los demás, aprecia a los demás, aprende de los demás, pero sabe bien que competir contra ellos es una pérdida de tiempo. Tu estás en competencia con una persona solamente: Tu mismo. Estás compitiendo para ser lo mejor que puedes ser. Apunta a romper tus propias marcas personales.

domingo, 30 de noviembre de 2014

El racimo de uvas

Un día llamaron a la puerta de un convento, y abrió el hermano portero llamado Barragán, este vio con asombro que un hortelano de las tierras de al lado le entregaba un hermoso racimo de uvas tan grande que le causó admiración, diciéndole: “hermano te regalo este racimo de uvas en agradecimiento por la buena atención que me prestas cada vez que vengo al convento”, sin pensarlo dos veces el hermano portero le dio las gracias por tan precioso regalo y le dijo que no tardarían mucho en dar cuenta de él.

Apenas salió el hortelano del convento ya se relamía pensando en que se lo comería el solo y no decir nada a los demás, al fin y al cabo se lo habían regalado para él.

Lo lavó y dejó escurrir en un clavo que había colgado en la pared, mirándolo con alegría por el gran festín que le esperaba.

Pero la viva conciencia del hermano portero le hizo pensar que en el convento había un hermano enfermo que no gustaba de comer nada, debido a su enfermedad.

Este pensó para sí que sería una buena obra alegrarle el día a este enfermo y de paso llenarle el estómago, tan necesitado de alimento.

Sin pensarlo mucho descolgó el racimo de uvas y se fue a la enfermería a regalárselo a tan delicado enfermo. El enfermo al ver el racimo abrió los ojos sobresaltado al ver su gran tamaño, el portero le dijo: “Hermano Matías, me han regalado este racimo para mí, pero pensando en tu enfermedad y sabiendo que no te apetece comer nada, quizás estas uvas te abran el apetito”, el hermano Matías se lo agradeció de corazón que se hubiese acordado de él, diciéndole que si se moría le tendría muy presente cuando estuviera en el Cielo con Nuestro Señor.

El portero le buscó una fuente donde le colocó el racimo para que fuera comiendo cuando gustara. Dejándolo solo, se fue para la portería pensando en la gran obra que había hecho por su hermano Matías.
El enfermo cogió el racimo como pudo e iba a dar buena cuenta de él, pero pensó que si lo dejaba haría una obra de bien y decidió no comerlo y dárselo al hermano enfermero que le atendía con tanta caridad y se desvivía por él por las noches.

Gritó al hermano enfermero pensando este que le sucedía algo por la insistencia en que le llamaba. “Hermano Esteban, el hermano portero me ha traído este racimo para que lo degustara pensando en mi enfermedad, pero pensé que te lo comas tú ya que no me entra nada en el estómago y podría hacerme daño, además te portas tan bien conmigo”. El Hermano Esteban insistía en que intentara comerlo pero cuanto más insistía el enfermero más lo rechazaba el enfermo. Este decidió comérselo en su celda dándole las gracias por tan precioso regalo.

Y mientras caminaba hacia su celda, pensó que mejor se lo daría al hermano cocinero que tan bien se esmeraba para que todos lo frailes comieran lo poco que les llegaba de la huerta y de donativos. Bajó a la cocina y encontrándose con el hermano cocinero Buenaventura le dijo: “mira, lo que me han regalado, pero te lo regalo a ti para que saborees estas uvas tan hermosas, como lo es tu servicial corazón”, el hermano Buenaventura quitándole importancia a lo que decía, le insistió que se lo diera mejor al prior ya que era tan responsable con la comunidad.

Y así fue pasando el racimo de hermano en hermano por todo el convento, hasta que llegó de nuevo a la portería donde el hermano portero, extrañado y perplejo por el suceso decidió que no diera más vueltas el racimo de uvas, y ni tardo ni perezoso se lo comió con tal gusto que le pareció las uvas más sabrosas que jamás hubiera comido.

Todas las cosas buenas que hagas, tarde o temprano volverán a ti.

lunes, 24 de noviembre de 2014

La Lechera

Vendió la lechera su cántaro de leche.

Con el dinero se compró una gallina y unos huevos.

Vendió los pollos que al paso del tiempo reunió y adquirió una ternera.

Con ella formó un hato. Lo vendió para comprarse una casa.

Y cuando tuvo casa no le fue difícil encontrar marido.

Pero el marido le salió mala cabeza.

Por su culpa la lechera tuvo que vender la casa.

Con el dinero compró un hato. Pero no le fue bien, y le quedó una ternera solamente.

Nada le daba el tal animalejo, de modo que lo vendió y se compró unos pollos.

Se le murieron todos, y terminó con una sola gallina que ni siquiera ponía huevos.

-Estás acabada -le dijo alguien.

-No es cierto -respondió la lechera-.

Tengo otro cántaro de leche.

Volveré a empezar.


Alguien dijo alguna vez: "El fracaso es la oportunidad de empezar de nuevo, más inteligentemente".

No te des por vencid@.

Helen Keller escribió que “con frecuencia nos quedamos tanto tiempo mirando la puerta que se nos cierra que no vemos la que se abrió”, estate atent@.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Un momento en el tiempo.

Hoy por la mañana estaba dando algunas vueltas en bici en el parque cerca de mi casa y veía a un señor ya entrado en años que daba tres vueltas por cada una de las mías. De pronto me sorprendo diciéndome a mí mismo: ¿cómo puede éste señor andar a esa velocidad?
Entonces me acorde de una maravillosa mujer afroamericana, tristemente célebre y  de una de sus maravillosas canciones, volteé al cielo y le dije: Cántame Whitny, cántame.
He aquí la inspiradora canción [el arreglo en prosa es de su servidor].
Un momento en el tiempo
Cada día que estoy viviendo quiero que sea un día para dar lo mejor de mí.
Soy únic@ pero no estoy sol@.
Mi mejor día todavía no ha llegado.
He roto mi corazón, he luchado cada juego, para probar la dulzura, he afrontado el dolor.
Me he caído y me he levantado. Y todavía, a pesar de todo, me queda mucho.
Quiero un momento en el tiempo cuando seré más de lo que pensé que podría ser, cuando todos mis sueños estarán a la altura de un latido de corazón y todas las respuestas dependerán de mí.
Dame un momento en el tiempo, cuando estoy compitiendo con el destino, entonces, en ese momento en el tiempo sentiré la eternidad.
He vivido para ser lo mejor. Lo quiero todo, no hay tiempo para menos.
He trazado los planes. Ahora pongo la oportunidad aquí en mis manos.
Serás un(a) ganador(a) para toda la vida si aprovechas ese momento en el tiempo y lo haces brillar.
Dame un momento en el tiempo cuando seré más de lo que pensé que podría ser, cuando todos mis sueños estarán a la altura de un latido de corazón y todas las respuestas dependerán de mí.
Dame un momento en el tiempo, cuando estoy compitiendo con el destino, entonces, en ese momento en el tiempo seré libre.
-          
             - Whitny Houston

miércoles, 5 de noviembre de 2014

El Mago.


Un Mago puede convertir el temor en alegría, la frustración en realización.

Un Mago puede convertir lo temporal en Eterno. Un Mago puede llevarnos más allá de nuestras limitaciones hacia lo ilimitado.

Hay un Mago dentro de cada uno de nosotros. Un Mago que lo ve y lo sabe todo.
El Mago está más allá de los contrarios de luz y oscuridad, bien y mal, placer y dolor. Todo lo que el Mago ve tiene sus raíces en el mundo invisible.

El cuerpo y la mente podrán dormir pero el Mago vela permanentemente.

El Mago posee el secreto de la Inmortalidad.

La Magia sólo podrá retornar con el regreso de la Inocencia. La Esencia del Mago es la Transformación. El Mago observa los ires y venires del mundo pero su Alma habita en el ámbito de la Luz. Los Magos no creen en la muerte. A la Luz de la Conciencia, todo vive. No hay principios ni finales. Para el Mago, éstos no son más que fabricaciones de la mente. Para estar totalmente vivo, es preciso estar muerto para el pasado. Las moléculas se disuelven y desaparecen, pero la Conciencia sobrevive a la muerte de la materia en la cual se aloja.

La Conciencia del Mago es un campo Omnipresente. Las corrientes de conocimiento presentes en el campo son Eternas y fluyen para siempre.
En los momentos de revelación están contenidos siglos de conocimiento. Vivimos como ondas de energía en el vasto océano de Energía. Cuando dejamos de lado el ego, tenemos acceso a la totalidad de la memoria.

Cuando se limpian las puertas de la percepción, comenzamos a ver el mundo invisible, el Mundo del Mago. Hay un manantial de vida dentro de cada uno de nosotros, a donde podemos ir en busca de limpieza y transformación. La purificación consiste en liberarse de las toxinas de la vida: las emociones tóxicas, los pensamientos tóxicos, las relaciones tóxicas. Todos los cuerpos vivos, físicos y sutiles, son manojos de energía que se pueden percibir directamente.

El Poder es una espada de doble filo. El poder del ego busca controlar y dominar.
El Poder del Mago es el Poder del Amor. El asiento del Poder está en el Yo Interior. El ego nos persigue como una sombra oscura. Su poder intoxica y crea adicción, pero en últimas destruye. El choque eterno del poder termina en la Unidad.

El Mago vive en estado de conocimiento. Este Conocimiento dirige su propia satisfacción. El campo de la Conciencia se organiza alrededor de nuestras intenciones. El Conocimiento y la Intención son fuerzas.

Aquello que tenemos intención de hacer modifica el campo a nuestro favor. Las Intenciones comprimidas en Palabras encierran un poder mágico. El Mago no trata de resolver el misterio de la Vida. Está aquí para vivirla.

Todos tenemos un yo-sombra que es parte de nuestra realidad total. El yo-sombra no está aquí para lastimarnos sino para señalar nuestros vados. Cuando acogemos a la sombra, ésta sana. Cuando sana, se convierte en Amor. Cuando aprendamos a vivir con nuestras cualidades opuestas, viviremos nuestro Yo total, al igual que el Mago. La Sabiduría vive y, por lo tanto, siempre es imprevisible. El orden es otra cara del caos, el caos es otra cara del orden. La incertidumbre interior es la puerta hacia la Sabiduría. El aventurero siempre irá acompañado de la inseguridad, pero aunque tropieza, nunca cae. El orden humano está hecho de reglas. El orden del Mago no tiene reglas, fluye con la naturaleza de la vida.
La realidad que experimentamos es el reflejo de nuestras expectativas. Si proyectamos las mismas imágenes todos los días, nuestra realidad será idéntica día tras día. Cuando la atención es perfecta, crea orden y claridad a partir del caos y la confusión.

En la medida en que conocemos en Amor, nos convertimos en Amor. El Amor es más que una emoción. Es una Fuerza de la Naturaleza y por lo tanto, debe contener la Verdad. Al pronunciar la palabra “AMOR” quizás captamos la sensación, pero su Esencia no se puede expresar con palabras. El Amor más puro se encuentra donde menos lo esperamos: en el desapego.

Quienes buscan jamás se extravían porque el Espíritu los llama constantemente.

Quienes buscan reciben pistas del Mundo Espiritual permanentemente. Las personas corrientes dan a estas pistas el nombre de coincidencias. Para el Mago las coincidencias no existen. Cada suceso existe para develar otra capa del Alma. El Espíritu desea encontrarnos. Para aceptar su invitación, debemos estar desprotegidos. Al buscar, comencemos por el Corazón. El Corazón es el Hogar de la Verdad.

Podemos vivir la Inmortalidad en medio de la mortalidad. El Tiempo y la Eternidad no son opuestos. Como la Eternidad lo abarca todo, no tiene contrario. A nivel del ego, luchamos por resolver nuestros problemas. Para el Espíritu esa lucha es el problema. El Mago es consciente de la batalla entre el ego y el Espíritu, pero sabe que los dos son inmortales y no pueden morir. Todos los aspectos de nuestro Yo son Inmortales, hasta las partes a las cuales juzgamos más duramente.

Los Magos jamás condenan el deseo. Fue siguiendo sus deseos como se convirtieron en Magos. Todo deseo nace de un deseo anterior. La cadena del deseo jamás termina. Es la vida misma. No consideres inútil o equivocado ninguno de tus deseos - algún día todos se cumplirán. Los deseos son semillas a la espera de la estación para germinar. De una sola semilla de deseo nacen bosques completos.

Aprecia cada uno de los deseos de tu Corazón, por trivial que parezca. Un día, esos deseos triviales te conducirán hasta Dios.


“El Mayor Bien que puedes hacerle al Mundo es convertirte en Mago…”

miércoles, 29 de octubre de 2014

¿Qué significa hacer bien la tarea?

Viví 36 años de mi vida feliz, soltero y sin compromisos. Un día decidí casarme, y los siguientes dos años los viví feliz, casado y sin compromisos.

Hasta que el dos de abril de 2006 nació mi hijo. Desde entonces he vivido algunos días felices otros un poco menos, sigo casado, pero ahora con un enorme compromiso.

El compromiso es tal, que extralimité mis capacidades con la única finalidad de que ese muchacho tuviera mejores oportunidades que las que yo pude haber tenido en mis tiempos, que las tuve.

Pero de pronto me encuentro en un punto de quiebre, quizás en mi entusiasta afán, llevé las cosas al límite.

Mi hijo vive en una “buena” casa, en un buen vecindario, estudia en una buena escuela y es bastante popular entre sus amigos. Practica el deporte que le gusta, sobrevivió a un accidente de bicicleta que lo tuvo tres horas en el hospital y a sus padres con el alma en un hilo y sueña con ser, algún día jugador del Barcelona.

Hasta aquí la historia es color de rosa; la cuestión es que a su padre, o sea yo, brindarle ese ambiente me ha llevado a ir más allá de mis capacidades, me refiero a las económicas claro está, y de pronto, ocho años después lo pongo en perspectiva y me pregunto: ¿ha valido la pena?

¿Habré hecho, o estoy haciendo, bien la tarea?

Porque la carrera no es de velocidad, es de resistencia.

Y a esta carrera le faltan por lo menos otros 17 años, si Dios nos los permite a ambos.

Mis dudas son: ¿y si se me acaban las fuerzas? ¿y si la presión me aplasta? ¿qué pasará en esos próximos 17 años?

Y no es que dude de la capacidad de su madre, ni mucho menos. Pero estoy chapado a la antigua, que le voy a hacer, y por mucho que han cambiado los tiempos, papá sigue siendo papá. Ustedes entienden.

Entonces, dejo las cuentas a un lado, salgo a la terraza de su casa, enciendo un cigarro añejado, me sirvo una copa de vino y, con la primera bocanada de humo, mirando al cielo le pregunto a Papá (Dios).

¿Estoy haciendo bien mi tarea?

Y Papá me respondió:

¿Crees que Yo estoy haciendo bien la mía?

Entonces mi alma descanso y dormí en paz.

martes, 9 de septiembre de 2014

EL SECRETO DE TU ALEGRÍA



Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente, que como todo sirviente de rey triste, era muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey, cantando y tarareando alegres canciones de juglares. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre. Un día el rey lo mando a llamar.

- Pake - le dijo - ¿Cuál es el secreto?
- ¿Que secreto, Majestad?
- ¿Cuál es el secreto de tu alegría?
- No hay ningún secreto, Alteza.
- No me mientas, Pake, he mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.
- No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto.
- ¿Por qué esta siempre alegre y feliz? eh!!! ¿Por qué?
- Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra permitiéndome atenderlo.

Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y además su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿Cómo no estar feliz?

- Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar - dijo el rey -. Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.
- Pero, Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay nada que yo este ocultando...
- Vete! vete antes de que llame al verdugo!

El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación. El rey estaba como loco. 

No consiguió explicarse como el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamo al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana.

- ¿Por qué él es feliz?
- Ah Majestad, lo que sucede es que él esté fuera del círculo.
- ¿Fuera del circulo?
- Así es.
- ¿Y eso es lo que lo hace feliz?
- No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.
- A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz.
- Así es.
- ¿Y cómo salió?
- ¡Nunca entro!
- ¿Que circulo es ese?
- El círculo del 99.
- Verdaderamente, no te entiendo nada.
- La única manera para que entendieras, seria mostrártelo en los hechos.
- ¿Cómo?
- Haciendo entrar a tu paje en el círculo.
- Eso, obliguémoslo a entrar.
- No Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo.
- Entonces habrá que engañarlo.
- No hace falta su Majestad. Si le damos la oportunidad, el entrara solito.
- ¿Solito? ¿Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?
- Si se dará cuenta.
- Entonces no entrara.
- No lo podrá evitar.
- ¿Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causara entrar en ese ridículo circulo, y de todos modos entrara en él y no podrá salir?
- Tal cual Majestad ¿está dispuesto a perder un excelente sirviente para entender la estructura del círculo?
- Sí.
- Bien, esta noche te pasare a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos. ¡99!
- ¿Qué más? ¿Llevo los guardias por si acaso?
- Nada más que la bolsa de cuero Majestad, hasta la noche.
- Hasta la noche.

Así fue. Esa noche, el sabio paso a buscar al rey. Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron, junto a la casa de Pake. Allí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el sabio agarro la bolsa y le puso un papel que decía: Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no cuentes a nadie como lo encontraste.

Luego ato la bolsa con el papel en la puerta del sirviente, golpeo y volvió a esconderse.
Cuando Pake salió, el sabio y el rey espiaban desde atrás de unas matas para ver lo que sucedía. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agito la bolsa y al escuchar sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miro hacia todos lados de la puerta y entro. 

El rey y el sabio se arrimaron a la ventana para ver la escena. El sirviente había tirado todo lo que había sobre la mesa y dejado solo la vela. Se había sentado y había vaciado el contenido en la mesa. Sus ojos no podían creer lo que veían. ¡Era una montaña de monedas de oro! El, que nunca había tocado una de estas monedas, tenía hoy una montaña de ellas para él.

El paje las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacia brillar la luz de la vela sobre ellas. 
Las juntaba y desparramaba, hacia pilas de monedas.

Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas. Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco... y mientras sumaba 10, 20,30, 40,50, 60...hasta que formo la última pila: ¡99 monedas?

Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más. Luego el piso y finalmente la bolsa.

“No puede ser”, pensó.

Puso la última pila al lado de las otras y confirmo que era más baja.

- Me robaron – grito - me robaron, malditos!

Una vez más busco en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba. Sobre la mesa, como burlándose de él, una montanita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro "solo 99".

- 99 monedas -. Es mucho dinero, pensó. - Pero me falta una moneda. 99 no es un número completo –pensaba. - Cien es un número completo pero noventa y nueve, no -.

El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus, por el que se asomaban los dientes. El sirviente guardo las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguien de la casa lo veía, escondió la bolsa entre la leña. Tomo papel y pluma y se sentó a hacer cálculos.

¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número cien? 

Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. - Después quizás no necesitara trabajar más. Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico, con cien monedas se puede vivir tranquilo -. Decía.
Saco el cálculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario. "Doce años es mucho tiempo", pensó. Quizás pudiera pedirle a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por tiempo. Y él mismo, después de todo, el terminaba su tarea en palacio a las cinco de la tarde, podría trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra por ello. Saco las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años reuniría el dinero.

Era demasiado tiempo. Quizá pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para Vender...Vender... Vender....Estaba haciendo calor. ¿Para qué tanta ropa de invierno? ¿Para qué más de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien.

El rey y el sabio, volvieron al palacio.

Pake había entrado en el círculo del 99.

Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entro a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando de pocas pulgas.

- ¿Qué te pasa? - pregunto el rey de buen modo.
- Nada me pasa, nada me pasa.
- Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.
-Hago mi trabajo, ¿No? ¿Que querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también?

No paso mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor.

Moraleja:

Muchos han sido educados en esta psicología: Siempre falta algo para estar completos y solo completos se puede gozar de lo que se tiene. Por lo tanto se ha enseñado que la felicidad debe esperar a completar lo que falta. Y como siempre falta algo, la idea retoma al comienzo y nunca se puede gozar de la vida. Pero qué pasaría si la iluminación llegara y nos diéramos cuenta, así, de golpe, que nuestras 99 monedas son el cien por ciento del tesoro, que no nos falta nada, que nadie se quedó con lo nuestro, que nada tiene de más redondo cien que noventa y nueve, que todo es solo una trampa, una zanahoria puesta al frente para tirar del carro, cansados, malhumorados, infelices o resignados. Una trampa para que nunca se pare de empujar y que todo siga igual...eternamente igual. Cuantas cosas cambiarían si se pudiera disfrutar de los tesoros tal como están.

“El éxito consiste en obtener lo que deseas. La felicidad, es disfrutar lo que se obtiene."

- Ralph Waldo Emerson

Reciban como siempre mis mejores deseos y un cordial y afectuoso saludo.

Que tengan un excelente resto de semana, lleno de logros y posibilidades.

Amor, salud y bendiciones.